El examen de creatinina en sangre y orina es importantísimo para conocer la función renal. Descubre sus valores normales y si estos coinciden con tus resultados.
Cuando nos realizamos un análisis de sangre con el fin de descubrir qué tal nos encontramos de salud, y si en definitiva tenemos o no alguna determinada afección o enfermedad que deberíamos tratar, es muy común que siempre nos encontremos con determinados parámetros o elementos que se analizan de manera rutinaria.
Uno de estos elementos comunes es la creatinina, que consiste en un producto de desecho del metabolismo normal de los músculos, un residuo de la masa muscular que es el resultado de la propia actividad muscular.
Su importante presencia en un análisis de sangre rutinario viene derivado en que se convierte en el modo más simple de monitorizar y conocer si los riñones funcionan de forma adecuada, convirtiéndose así en el indicador habitual de la función renal, que permite descubrir al médico si existen daños en el riñón o si algún determinado problema o afección está “impidiendo” que funcione de forma adecuada.
El motivo es evidente: los riñones son los encargados de filtrar la creatinina, excretándola a través de la orina. De ahí que una elevación, sobre todo gradual y/o mantenida en el tiempo, de creatinina puede ser un indicativo de daño renal, especialmente cuando existe un daño en las nefronas.
Existen dos tipos de análisis de laboratorio rutinarios útiles para conocer el estado de los riñones y si, sobre todo, se encuentran realizando una función correcta: el análisis de la creatinina en sangre y el análisis de la creatinina en orina.
Se trata de un examen que analiza y mide el nivel de la creatinina sérica (la creatinina en sangre), siendo especialmente útil –como indicábamos anteriormente- para conocer qué tan bien se encuentran funcionando los riñones.
Para su realización se extrae una muestra de sangre del paciente, la cual puede servir también para conocer otros parámetros de salud cuando dicha analítica se lleva a cabo de forma rutinaria (por ejemplo, también se tienden a analizar valores de transaminasas, glucosa, colesterol, triglicéridos…)